Hola Muerte, ¿cómo estás?
Últimamente te has acercado mucho a nosotros.
¿Es hoy el día de mi liberación ?.
No, entonces mantente alejada de mí.
Tengo mucho por vivir y lo viviré intensamente, hasta que llegue mi hora.
No le temo, porque creo en la mortalidad del cuerpo y la continuidad del espíritu.
Te garantizo que te recibiré con respeto, dignidad y gratitud.
Por ahora, sigue tu camino.