Lo fuiste todo... y al mismo tiempo, no fuiste nada. Me llenaste de promesas que nunca llegaron, de momentos que parecían eternos pero se deshicieron como humo. Te di lo mejor de mí, creyendo que tú hacías lo mismo. Pero ahora que miro atrás, me doy cuenta de que amé solo. Y eso duele más que tu ausencia. Porque no se trata de que te hayas ido, sino de que nunca estuviste realmente para mi