Mis ojos al despertar buscan tu mirada, pero no estás cerca de mí
Yo y mi cama vacía, perfumada con tu esencia y llena de tiernos y cálidos recuerdos, lamentamos tu ausencia.
Tomo tus fotos como un consuelo y te extraño, por quererte tanto, pero tú tan cerca y tan lejos hoy no estás aquí.
Cierro los ojos y sueño. En mis sueños siempre estamos juntos e incluso bajo un cielo gris, siempre somos felices.
Felices como niños, sin miedo al clima y al perverso tiempo, el implacable atormentador de nuestro amor.
Recopilamos diferentes cosas: rocas, conchas marinas, tomamos fotografías y, lo que es más importante, siempre miramos a nuestro alrededor con mucho cuidado. Yo con ojo lírico y tú con ojo atento, porque estas imágenes quedarán inmortalizadas, como regalo de más un día especial. Un poema y una acuarela.
Vivimos cada día como si fuera el último y tal vez, un día todo cambia, termina, muere o trasciende, estos recuerdos sean la esperanza de un nuevo reencuentro y comienzo.
Mi búsqueda de ti siempre será interminable. Eres parte de la rueda de mi vida.
No temo ni veo este mundo ni me preocupo por las personas con prejuicios.
Están vacíos y viven vidas cíclicas, grises y esclavos por temor a sufrir.
Nuestro mundo es una acuarela. Un color deslumbrante y experimentamos el negro, el gris, el lila y sobre todo el rojo escarlata con la misma intensidad.
Cada color en su tiempo. Cada sensación es un viaje y un aprendizaje.
A las juguetonas Moiras, maldita para mí, les gusta extrañarnos, mezclando o separando temporalmente los hilos de nuestros destinos. Sin embargo siempre pierden, por eso, nuestro amor trascendente, deshace nudos, rompe cadenas, rehace el destino y siempre nos volvemos a encontrar.
Mírame mi amor, siempre con los ojos del alma ya através de esta ventana verás el inmenso, intenso y ancestral amor que siento por ti. Viéndome así, siempre me encontrarás.
Nunca lo dudes ni lo olvides, siempre te amaré, hoy y durante toda mi existencia.
Te amo, te quiero y te extraño, hoy y todo siempre.